tag:blogger.com,1999:blog-263379512024-02-24T10:51:20.256+00:00El esquiador dadaístaA los monstruos sí mirarernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.comBlogger46125tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-44659751354090512992019-07-20T09:11:00.002+00:002020-01-14T10:22:40.751+00:00El esquiador dadaísta 2:7Un esquiador si es dadaísta deberá mantener el ayuno en esos días en que el sol es de color blanco puro y los pájaros beben el vino en lo alto de las copas.<br />
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Para ser dadaísta, el esquiador desanudará su ombligo con la ayuda de dos arcángeles japoneses y después dejará precipitarse el calor que viene de adentro sobre una plancha de piedra negra y fría. Lo minucioso, por adjetivo, será rechazado en forma pero no en fondo y a continuación, sostenidos sobre vectores de mazapán fino, sendos corifeos hundirán sus uñas sobre la masa hueca que brota del estómago y acuñarán palabras feas y ñoñas, ufanos y uraños a un tiempo, principio y fin de un cuento llamado: "el empeño del alfeñique", y lo anunciarán tres veces tres antes de hacer <i>plop</i> y volver a colarse dentro. Por ser dadaísta, el esquiador fingirá estar consciente para dar apariencia de verosimilitud a los infantes convertidos ahora en ramos que seguramente se habrán quedado dormidos, a sus pies, desnudos.<br />
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El esquiador, como es dadaísta, suele masticar el cielo <strike>como si fuera el corcho húmedo y rojo que cierra las puertas por dentro</strike>. Por ser dadaísta, el esquiador se corrige a sí mismo <i>como el ave púrpura que anida en el pecho, encerrada para siempre etc.</i>ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-66754089538538259032019-03-01T08:52:00.000+00:002019-03-03T12:20:58.291+00:00El esquiador dadaísta 2:6<div dir="auto" style="color: #222222; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">
Un esquiador dadaísta no debe comer sándwiche sic1 sin dividirlo por la mitad exacta y aun así el esquiador que hubiere de realizar tal proeza no podría masticarlo o tratar de digerirlo porque al hacerlo la matemática se rompe y entonces.</div>
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Un esquiador que quiere ser dadaísta entiende los procesos del tiempo como una víscera flor geométrica que se abre hacia todas partes y por ello un esquiador será incapaz de pronunciar frases largas o sentencias grandilocuentes sin sentirse observado por una providencia extraña de padre septentrional y madre esmeralda que detesta los signos de puntuación y la pausa por considerarlos cosa de señoritos y en modo alguno rendirá cuentas ni tampoco pensará en las sinergias del corazón porque el tiempo es un marcapasos y el corazón es un polígono y la dualidad y entonces. El esquiador, si es dadaísta, cortará el sándwiche sic2 y a continuación lo dejará reposar en la cesta de la basura como un conejito templado antes de morirse y entonces.</div>
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Un esquiador, para ser dadaísta, deberá esperar sentado de pie mirando el sándwiche sic3 y tomar notas de lo que acontece con los codos impregnados de tinta para tratar de explicarlo a entidades verticales que descienden con hambre de conocimiento y a continuación aguardar a que suceda y entonces. </div>
ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-13009977259971143302017-11-08T22:07:00.001+00:002017-11-08T22:09:44.640+00:00El esquiador dadaísta 2:5Un esquiador dadaísta nunca clavará sus uñas en el centro de una cebolla. En su lugar, el esquiador irá despojándola con los dedos como palillos chinos y acto seguido la dejará desnuda en la fuente que hay en el centro de la plaza Rotschild junto a Casanueva. Al ser dadaísta, el esquiador bailará en círculos con cuidado de no pisar los reflejos de luz que proyecta la hortaliza suspendida sobre el obelisco de agua violeta.<br />
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El esquiador, dadaísta converso, acudirá a diario a recoger las semillas de azul que mueren en la base del chorro y con ellas volverá a plantar liliáceas a lo largo de un lustro. Al ser dadaísta, el esquiador hará brotar dos lágrimas oscuras en los ojos de una mujer que se llama Grecia y con ellas regará los barbechos en el tercer mes de octubre. A continuación, el esquiador vestirá un traje elegante y caerá rodando por la ladera plagada de almejas.<br />
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Un esquiador, si es dadaísta, concibe el proceso como un fin luctuoso en sí mismo. El esquiador, por ser dadaísta, prefiere olvidar la entidad de las cosas antes que recoger lo sembrado.
ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-42310316277756558852016-03-13T01:05:00.002+00:002017-12-05T01:41:55.758+00:00El esquiador dadaísta 2:4Un esquiador dadaísta ha nacido para ser feliz. Asido a su fatalista excusa, ebrio de infalibilidad y marqueting, un esquiador es capaz de anudarse la corbata en tres minutos contados de reloj biológico y no obstante parecer comunista.<br />
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Consciente de ello, un esquiador fingirá no darse cuenta de nada. Si es dadaísta, un esquiador se envolverá en una manta de terciopelo y dirá que el frío viene de adentro. Un esquiador, si es dadaísta, comprará un auto de segunda mano y lo venderá en una aplicación mobile por aquéllo de incentivar la ekonomia*. A continuación, sintiéndose rumano, un esquiador concebirá dos hijos y verterá sobre ellos todo lo original que haiga dentro de *síc.<br />
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El esquiador, a estas alturas subvencionado, confeccionará un simulacro de lo visceral con perlas muy finas y las dispondrá con esmero bajo el cuello de una mujer española que llora, daltónica y desnuda, sobre un juego de twister en el año de 1980.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-77728517106889281882015-02-12T01:29:00.001+00:002023-09-29T11:04:11.852+00:00El esquiador dadaísta 2:3Un esquiador dadaísta nunca montará en helicóptero. Un esquiador, si es dadaísta, no romperá el aire en círculos por considerarlo un modo inelegante de hacer escuela. Un esquiador que es dadaísta no tomará fotos del vuelo acompasado de las aves que vuelven al nido, ni dejará constancia alguna de haber llorado sentado en un banco del parque Rotschild junto a Casanueva.<br />
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El esquiador, consciente de la terquedad de los bomberos, prenderá con revistas antiguas los cigarros que fuman dos señoras de hidrógeno y alpaca frente al bar de Concepción, esquina Camborini. A continuación, el esquiador recogerá del suelo las hojas que quedaron limpias -un sindicalista con ojos muy redondos, una vedette recostada en canapé- y con ellas confeccionará un sombrero nuevo.<br />
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En puridad, un esquiador <i>dadaíste</i> responderá con versos enfermos a los requerimientos de sus clientes. El esquiador, nacido dadaísta, masticará las alhajas robadas con los dientes brillantes que re-escriben la Historia.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-16951482275063846232014-06-17T22:15:00.000+00:002016-03-13T01:34:32.777+00:00El esquiador dadaísta 2:2Un esquiador dadaísta nunca hablará en público. En su lugar, el esquiador masticará en todo momento su propia lengua y brindará sonrisas de boca llena a dos tucanes húngaros con camisa celeste de cuello blanco que aplauden pasadas las cinco de la tarde en una mesa larga donde concurren los caudillos de una corporación supranacional de coaching management. Consciente de la fragilidad del tiempo en Castilla, un esquiador dadaísta dibujará formas que aluden a la urgencia de las cosas con las migas caídas del pan y a continuación las hará resbalar por el mantel hasta depositarlas en el interior de una vieira hueca que fuma Ducados.<br />
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El esquiador, intuyéndose dadaísta, irá un momento al baño a retocarse con carmín el borde de los ojos. Al volver, si es dadaísta, un esquiador gastará unas monedas en la máquina de las frutas y alineará tres aguacates por cada proclama. El esquiador, encendido y con un sentido rítmico del desastre, accionará la palanca y a su vez una campana adornará las sentencias a medida que éstas son anunciadas desde el centro del cadalso, al tiempo que recoge las monedas y las deja caer al suelo trazando la forma de un pájaro sin pico o un torero desnudo o tal vez los labios de un alacrán fumando cigarrillos finos.<br />
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Un esquiador, por ser dadaísta, celebrará siempre el éxito con una sonrisa muy proactiva.<br />
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<br />ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-54257206316268122232011-01-12T17:40:00.014+00:002014-03-28T09:51:58.764+00:00El esquiador dadaísta 2:1Un esquiador dadaísta tiene una excusa: su caso es como el de esas muñecas chinas de segunda categoría que lloran cuando habrían de reír y ríen junto al cadáver recién estrenado de una niña de nueve años, con los brazos muy abiertos como un arcángel ebrio, o una gitana recibiendo el premio de la lotería. El esquiador, por ser dadaísta, soporta también un drama: cuando intenta explicarlo, su boca ya no es más que el borde resbaladizo de una trampa para pavos reales, y lo que pretendía ser sentencia se vuelve chiste, y el ejemplo único, y los párpados castañuelas.<br />
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El esquiador, sabiéndose dadaísta, vestirá el discurso con faldas y dará una palmadita paternalista a cada palabra que se precipita como si fuera la última, buscando el reconocimiento de otras que quedaron suspendidas en la liviandad de su atonía, y las enseñará a adoptar posturas impensables en pleno descenso, y las rematará con tildes gruesas allí donde la aerodinámica desaconseja. Si es dadaísta, un esquiador dirá que la puerta del despacho está abiertá, y firmará los albaranes del repartidor de bollería con los restos de las formas verbales depositadas en el empeine de sus zapatos. <br />
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En todo el proceso, un esquiador dadaísta se pondrá muy digno y fingirá que trataba de salvarlas en el aire, apuntillándolas en el suelo cuando el otro no mira.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-65984331294689017842010-07-02T00:13:00.001+00:002012-03-13T00:21:05.365+00:00Fernanda. (Amores de juventud II)<div class="note_content text_align_ltr direction_ltr clearfix"> <div>Cabalgamos con los ojos cerrados, embebidos de esa mística que convierte en futiles los fonemas y alumbra nuevas formas de entenderse. Fue tu esponja negra, figura geométrica, casi pitagórica, la que limpió de palabras mi retórica estéril como lo son las armas que no saben usarse, y le puse acento y ritmo a esa manera tuya de decir sin decir, desdiciéndote con tus gestos, recogiendo las semillas del maíz maduro como lo haría una princesa del pueblo. Te movías, y ya ni siquiera asomarían los colibríes en la ventana, avergonzados de no ser tú, avergonzados de no llamarse tú. Al borde de tu abismo, desarbolado y febril, compuse al azar, recogiendo con la punta de los dedos los indicios que gritaban que era tu vagina un ópalo de fresa abierto al crepúsculo, una yema de carbón aterciopelada y gentil. Sucedió así: al retirar de mi cuerpo tus babas como horchata helada que vierte un niño sobre el sampancracio de escayola que alguien tiró a la basura, me di cuenta de que eras clínicamente subnormal y que llevabas casi seis horas tratando de marcar el número de la policía en el despertador de la mesita de noche. Entonces ya era demasiado tarde.</div></div>ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-15893674701578973332010-07-02T00:10:00.009+00:002011-11-14T03:23:43.894+00:00Manuela. (Amores de juventud I)Ella era una de ésas mujeres que creían ser la primera de todas las mujeres entre los pliegues de un vestido blanco de verano con motivos nuevoclásicos, siempre escudriñando de perfil con pose oblicua, y eterna, y solemne como un busto antiguo de maizena, los nombres de las calles en los cruces, sin mirar, en realidad, a ninguna parte, y abordaba las aceras, y teorizaba sobre las bocas y los chicles aplastados, y en ocasiones me miraba como el niño del sexto sentido. Se enamoraba a menudo de tipos que se llamaban Víctor, o Javier, o Erik, y normalmente se manchaba con el postre, y se reía, y se reía, y se reía de su risa, y escribía acerca de la risa que se hacía en una libretita roja, y la deslizaba, con criminal disimulo, en las mesas de las bibliotecas, en los baños de las teterías, en los bares de hombres violentos.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-32210592906133200062009-09-30T16:31:00.025+00:002010-08-18T08:57:53.174+00:00No estaba muertoVuelvo. Así, como encabalgado, descabalgado, mediocaído del corcel y recogiendo florecitas a galope. Estoy volviendo. Devolviendo. Estoy pasando el eco sobre el eco, así, reseteando la hora del té, del techo de menos, del sin techo, del subsuelo, del te hamo, del perro poco ladrador y que ya tampoco muerde. Bien mirado, todo son ventanas. Por las que mirar, por las que asomarse y asolarse, y desolarse, si me apuras o depuras, a la sombra de los flashes, a la luz de la lejía, a la puerta de la clase. Estoy sonando de nuevo. No me pican las narices. Lo juro. No me azotan los vapores, ni siquiera. No me mima mi mamá, y tal vez por eso. Y por lo pronto, ya voy tarde, como a mí me gusta. Me regusta, que diría. Hoy es hace dos años. Una puta menos en Canarias, una excusa menos en las palmas. El insomnio va sobre el pienso entre las manos chiflando como un cabrero. Y cada vez quedan menos cabras para tanto perro, para tanto estiércol. Abierta la manada, paso como el vendedor de Espasa que se dejó el almuerzo en lo alto del peñón de cal. Todo son parabienes de la máxima autoridad dibujados en el aire con el cayado. Con y sin participio. Con y sin discurso estéril, sin silencio, sin prudencia. Con y sin plaza, sin emplazamiento, sin sitio, sin trinchera. Con y sin cantos, sin sirenas, sin cantar de gesta. Como la real cañada del concejo de la mesta, del reguero de la mesa, del pan, de la duquesa. Estoy enfilando con el filo puntiagudo de mi polla calabresa la capital de las enciclopedias.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-69383631591587080872009-09-18T05:13:00.005+00:002011-12-22T08:49:07.050+00:00Di noDe pequeño, mis mayores me tildaban de negativo. "No", les respondí una y otra vez, sin que ello menoscabara en modo alguno sus prejuicios hacia el no. "No, no soy negativo, no, no tenéis razón, no, no sabéis de lo que habláis." Ha pasado el tiempo y tal vez me pesen un poco más las pelotas, tal vez, digo. Por lo demás, sigo en mis trece. Algo sucedió cuando me instalé en el cabalístico tridécimo. Ya no volví a mirar el mundo de otro modo. Por eso, y dadas las circunstancias, opté por nacer un día trece, o, incluso, elegí no nacer antes que hacer cualquier otra cosa. Eso cuando aún elegía elegir: eso fue antes de nacer, ya ha llovido. Por eso, cuando echo la primitiva, siempre marco el trece y nada más. Quizá, en alguna ocasión, tache el treinta y uno; o el uno y el doce; o el dos y el once; o el tres y el diez; o el cuatro y el nueve, o el cinco y el ocho; o el seis y el siete; o el siete y el seis; o el ocho y el cinco; o el nueve y el cuatro; o el diez y el tres; o el once y el dos; o el doce y el uno; y cosas así. Mis compañeros de clase de aquel año, en plena época de fastos comulgantes y de convites con señoras gordas y de fotos sobre la chimenea de infantes e infantas con vello en los bigotes, me preguntaron aterrados el origen de este afecto mío. Y yo cogí una pelota de tenis que se encontraba en el suelo y me la metí en la boca. Y así hasta hoy.<br /><br />De pequeño, sólo compré plastilina negra, ante el estupor de compañeros, familiares, y hasta del tendero. "Llévate la roja, o la azul, o la verde, pero la negra no, la negra no es para venderse." Y yo dije que no, que me dé la negra, la negra, ¿Me entiende? La negra. Un buen día, mis nazarenos de plastilina negra se derritieron sobre el armario de los exámenes y adoptaron unas posturas goyescas que no he podido olvidar jamás, ahí sentado, con la barbilla apoyada en los puños y los ojos bien abiertos. Nadie parecía darse cuenta, ahí, al fondo, les alumnes confeccionaban un mural en el suelo sobre algo relacionado con la pascua. Los muñecos negros de plastilina arqueaban los brazos como cogidos por la yunta de unos bueyes. Parecieran también escrupulosos arroceros tratando de llevarse limpios los sacos del arroz, uno en cada mano. En la pizarra, dos grupúsculos humanos en chándal pugnaban encendidos: se trataba de dilucidar si la joven Sharon Stone tenía tablas suficientes como para derrocar a Kim Basinger en el altar de las mujeres deseadas. Borrador y tiza en mano, el líder de cada facción borraba y escribía por turnos, jaleado por su gris cohorte. Y los muñecos seguían ahí, y yo no podía sacarme de la cabeza a Michel Pfeiffer bajando en el ascensor en el precio del poder. Y al volver a mirar encima del armario sólo pude apreciar una mancha negra y un intenso olor a aceite que me dejó imbécil. Y así hasta hoy.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-14729516473172899762009-06-02T04:20:00.024+00:002010-02-09T16:02:30.962+00:00Carmen y RodrigoSon el mito moderno de Orfeo y Eurídice. Rodrigo ama la literatura. La escribe así: li-te-ra-tu-ra. Se da una vuelta en bicicleta. Se pede. Se ride. Se jacta y escribe otra vez: li-te-ra-tu-ra. Rodrigo cree en la amistad, pero no en la que arruga las solapas, y así se va tejiendo una mullida tela de araña para cuando se precipita, que suele ser a menudo. Porque Rodrigo no tiene nada a lo que asirse, salvo la palabra asirse, aunque casi nadie lo sabe. Le gusta comer marisco, y con el tacón de sus zapatos marrones hace crujir el plástico que envuelve a las gambas. Y entonces pontifica: "Las gambas, seres kafkianos en forma y fondo, deudores de sí mismos, and cétera and holelá." Pero, por encima de todo, Rodrigo adora olisquear sus calcetines antes de meterlos en la lavadora, le petit plaisir, que lo llama. "Esto también es literatura, li-te-rra-tu-rra incluso" -se anuncia; y un afilado gritito mozartiano amenaza con quebrar las vírgenes de escayola en el salón, y siete mil infantas se yerguen y aplauden en espasmo coral con las pestañas a la virulé. Lo siguiente será comprar un billete para viajar a alguna parte. "Esto debe ser publicado" -se apunta. "Mímesis. Recuerdo esas escapadas... el concejal me observa, desabrido, yo lo escruto a él, descerrajado, y el olear de las olas, chapeau, la mirada del que mira, la que se curte y se tornasola, retorno de carro, titotí, titotá". Y Rodrigo se sienta de nuevo en el sofá, sin perder detalle de su reflejo en la tele apagada, preguntándose por qué el alma le huele a coliflor mustia.<br /><br />Carmen, por su parte, se está descojonando viva.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-83357183156449553842009-04-14T14:58:00.000+00:002014-05-29T21:42:40.936+00:00amor.comHemos decidido, de mutuo acuerdo, jodernos la vida un poco.<br />
Vamos a matar personas en las fiestas de Logroño.<br />
Vamos a correr por las calles y a partirnos sendos morros.<br />
Vamos a arrancar el mes de febrero y a comérnoslo todo.<br />
Vamos a poner de art nouveau la pared del inodoro.<br />
Vamos a fundar la isla donde se pudran los tramposos.<br />
Vamos a llorar sin pena la marcha de Benito Floro.<br />
Vamos a robar medallas en los juegos de Sapporo.<br />
Vamos a follarnos como en los documentales de los osos.<br />
Vamos a comprar el pan de la mano pero lloraremos solos.<br />
Vamos a apilar los libros en la ventana.<br />
Y que se los lleven todos.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-2816948453403610972009-04-01T12:42:00.042+00:002023-09-29T11:11:37.784+00:00DesintentarDicen los empiristas que hay que pensar y vivir acorde a la experiencia. Y una mierda. Encuentren el gozo en hacer algo contra toda lógica, y fracasen en el intento, una y otra vez, hasta pulir su técnica y equipararla a la pericia de un chimpancé pelando un cacahuete en el estrado del Congreso de los Diputados. Y no acierten al tratar de metérselo en la boca. Y descojónense, que es gratis, oigan; háganlo en la penumbra, mientras ahí afuera el bombardeo se agudiza y los rostros se van tensando, se estiran y se asimilan a caretas de tragicomedia. Polarícense, pero con estilo, pues sepan ustedes que la suciedad, tan sensible a lo gravitacional, tiende a ocupar los espacios cóncavos del medio, apilándose. Tiren las caretas de cartón a la basura, y fabríquense un par con algún material precioso que deje traspasar la luz a ciertas horas del día y según la incidencia del sol. Una para antes de hacer el amor, otra para después. Háganlo en casa. Truquen su caleidoscopio, utilícenlo del revés. Vean lo blanco negro, lo negro blanco. Una vez, mi psicoanalista me advirtió de que era el momento idóneo para empezar a intentar cosas. "Y una mierda" -le dije sin decírselo. "Es el momento para empezar a desintentarlo todo." <div>
</div><div>Desintenten. Prueben a mear hacia arriba. Re-sulta re-almente re-confortante re-parar en las re-ndijas del re-llano re-llenas de re-siduos. Y no acudan al trabajo, por dios. En su lugar, compren lotería caducada y siéntense en la acera a observar los caminos invisibles que otros trazan. Traten de hacer tropezar con la mirada a aquellos que presenten un menor aplomo, y mimeticen el mecanismo de trastabillarse. Sosecorp sol natreivni: vacilen a la hora de subir al autobús, sientan verdadero pánico ante la posibilidad de olvidarse de cómo se traspasa una puerta. Desaprendan, vayan gateando a ver a la suegra y sean absolutamente incapaces de pronunciar una palabra, de comerse un <i>yoghourt</i>, de descifrar la hora en el reloj de la cocina de su amante. Desanden, o alguien les sugerirá que se dirijan hacia alguna parte que ustedes, probablemente, no han elegido. Hagan esto, o hagan lo contrario, pero háganlo antes de que les entren ganas reales de hacerlo y no tengan excusa para no llevarlo a cabo. Atenten, premeditadamente, contra sí mismos; cuéntense una y otra vez la verdad de las cosas y llórense los unos a los otros a la hora de los descubrimientos.
<div>Y muéranse, esto sí, hagan el favor de intentarlo.</div></div>ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-59525308074876803842009-03-18T23:59:00.014+00:002022-10-18T21:02:23.674+00:00La vie en roseTenía la nariz inundada de ese sabor ácido a impacto y a sangre, el vino acabado, la ventana cerrada. Se me iban a quebrar los dientes de tanto apretarlos. Habría podido destrozar a puñetazos la habitación, arrancarme el pecho, arañarme los ojos. Pero abrí la ventana, y de nuevo esa canción acariciando los barrotes. Des nuits d'amour à plus finir, un grand bonheur qui prend sa place, les ennuis, les chagrins trépassent... Heureux, heureux à en mourir! Ya no quise volver a entrar de nuevo, salté como en aquel verano, pero no se rompieron los cristales esta vez. La luz de la farola parecía el sol recién nacido. Estaba llorando. Llorando de amor.<br /><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkeh_EqPWEv1ru7pxAvBfvSJCFktnOH0rCI4vSz9s-I8bSdJjc5y0L-RZNQEpJC7ZUiYqh0Uwa6dzpFhlnBRvnsRjCiyjIl3tcYwQ63NJzsxmQNAtanA8kcaSqeEMPA2zvTLOL/s1600/nena.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="248" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkeh_EqPWEv1ru7pxAvBfvSJCFktnOH0rCI4vSz9s-I8bSdJjc5y0L-RZNQEpJC7ZUiYqh0Uwa6dzpFhlnBRvnsRjCiyjIl3tcYwQ63NJzsxmQNAtanA8kcaSqeEMPA2zvTLOL/s640/nena.jpg" width="395" /></a></div>
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ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-46146720072311397402009-01-27T16:00:00.020+00:002022-08-15T11:08:49.384+00:00Meter la pataYa me parece haberte visto alejándote calle arriba, y te he maldecido. A estas alturas, te has ido ya mil veces, y creo que no puedo soportarlo. No te conozco, y aún así miras tan de perfil que te la vistes a ella por momentos, con una precisión tal que me haces dudar sobre quién llegó primero, sobre quién se fue después. Te adoro, porque la anhelo a ella, porque la quise tantas veces que ahora no tengo dónde colocar el eco de todo lo que le dije, quizá pensando en ti, que aún no habías llegado, quizá pensando en ella, la de antes de ella, la que también una vez fuiste tú.<br /><br />Sabes, empiezan a cansarme las manías que volcarás en mí, pero lo compenso con los abrazos que ya me has dado, aunque no me hayas dado nada, ni siquiera un motivo para recordarlo. Quiero que sepas que eso que aún no te he dicho lo dije sin querer, ya sabes cómo son estas cosas. Y quiero también que tengas muy presente que jamás te perdonaré todo eso que aún no me has hecho, y por ello dejo constancia escrita. A pesar de todo, te mando un beso que probablemente no te llegue nunca porque lo hice antes de que llegaras. <br /><br />Lo sabes bien: te quería tanto que no puedo dejar de mirar los mensajes que aún no me has enviado, ahora que todavía no has pegado en la puerta y me has dejado tan solo, mirando mi propia sombra, la que mañana temprano proyectará el sol contra la acera que una vez tú y yo pisamos como si no existiera nada bajo nuestros pies. Te quiero, pero una vez más fuiste demasiado puntual, y en tu ausencia de retraso no he tenido tiempo para pensar en cómo explicarte que ya no puedo quererte porque es imposible, y con esta forma de anticiparme he vuelto a meter la pata que meteré dentro de algún tiempo.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-4333047066999049772009-01-24T15:51:00.015+00:002020-04-22T01:04:20.313+00:00Sugus de piñaMe vienes a joder los momentos que escojo para joderte yo a ti. Me siento y todo son sombras. Te vistes con las caras de otras y bailas alrededor. Para qué, me pregunto, qué es lo que hago siempre mal. Deseo que te mueras, tú y tú, que voy a dar un salto que quedará registrado en el libro de los récords. El suelo está supurando ginebra, parece que se va a desangrar. Cada vez quedan menos cristales rotos en la ventana.<br />
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Con las manos metidas en los bolsillos he empezado a pensar en ti, y los he llenado de agujeros.</div>
ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-69278187231916625782009-01-13T14:44:00.000+00:002020-04-22T01:07:08.953+00:00Champagne sobre la nieveLa verdad es que nunca he creído demasiado en lo que hago, en lo que soy. Me cuesta mirarme a mí mismo y no descojonarme vivo. Me pregunto a veces qué carajo es esa cosa naranja que lleva la fabada litoral. Ruge el microondas y todo me parece rotundamente vulgar, y a ratos me gusta, claro que me gusta. ¿Cómo inventar así grandes cosas? ¿Cómo eludir esta nadería? ¿Cómo creerse alguien en este vodevil, si cada mañana, ante el espejo, me dan ganas de partirme la cara? Me aburren los juglares, también los eruditos de cartón, los panaderos que nunca han probado el pan que endosan a media ciudad y los que lo entregan mordisqueado. Lo mejor es salirse, me digo. Voy a escapar hacia dentro, con los pies en la mesa y mirando al techo. ¿Acaso hay algo más? No soy un ser humano, soy un playmobil. Tú también, aunque te resistas a soplar el castillo de naipes sobre el que te balanceas orgulloso y bobalicón cuando te abandona la lucidez. Ser como Ernesto de Hannover en domingo, retozar desnudo sobre la nieve y rociarme las pelotas con champagne.<br />
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Saldré mañana a la calle con una sonrisa cómplice que cruzaré contigo que me lees y estás de acuerdo. Nos encontraremos en las esquinas, en los bares y comisarías, y todo estará ya dicho, todo, y sonará esa musiquita graciosa que viene de algún rincón del universo y que suena a orgasmo y a sinergia. Nos saludaremos, comeremos juntos sin dejar de mirarnos, y apoyaremos sendas versiones ante la justicia, que nunca va a creernos. Después, seguiremos jugando un rato hasta que nos cansemos de verdad, hasta que no podamos más, y entonces saltaremos a la vía cogidos de la mano.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-78707996533098228012008-12-24T16:02:00.009+00:002010-02-09T16:02:30.975+00:00NostalgenitalMe desnudo.<br />Me despojo.<br />Me descargo.<br />Me desemboco.<br /><br />A veces te recuerdo con la polla en la mano, y un iceberg afilado me separa la espalda en dos mitades precisas. Otras, simplemente, me siento huérfano y corro a buscarte golpeándome contra las paredes, alimentándome de esa adrenalina mohosa.<br /><br />Me desgracio.<br />Me destrozo.<br />Me desvivo.<br />Me destodo.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-75538016766795155822008-12-19T00:59:00.022+00:002010-02-09T16:02:30.977+00:00AgoraferiaPor la Calle de los Reyes la gente huye de las bombas que caen, un rato sí y otro también, sobre sus sienes tostadas. Se alejan mordiendo el humo blanco a un palmo de sus caras de cristal, y los chinos, que siempre se apuntan a los bombardeos, corren a refugiarse tras los carteles de helados que ya nadie fabrica. Ella parece sonreír, pero es sólo la sombra en picado de otro que cae, proyectada bajo la nariz. Los chinos también se han confundido, y no tardan en rectificar los precios. Yo, en cambio, me resisto y vuelvo a resbalarme en esa acera brillante que siempre me impulsa hacia abajo. Los tengo dentro del estómago. A veces, uno se me asoma al pecho y vomita los aceros afilados de la aeronáutica inservible. Hay que ver cómo me río. Hay que ver cómo nos miran. Ellos también lo saben, pero susurran para otro lado, y ahora noto que tengo rotos los bolsillos y que me está entrando demasiado frío. He mirado la hora y siguen siendo las ocho en punto. Ya no huele a pan recién hecho, los coches destrozan el claxon y se me ha olvidado la letra de esa canción. Por un momento has pensado en subir la Gran Vía para desayunar algo, y la humedad de tu mano me ha dejado la mía para tirarla a la basura, tan temprano.<br /><br />Al pisar la Plaza de España ya no estás.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-21593054798526574502008-12-09T19:40:00.002+00:002010-02-09T16:08:06.470+00:00<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3wMUqQdemxNvnrxz7__sJzMkpfS-NQYpzJ72bAlRJP5kBU0HClZbErRJmTbzAmsc4K9_MdyaAfbUEv2we30HgXjuG1mvapwQ2hNlkg5h4BW75jjxyNDUAGH_SdSqV-GVsogDO/s1600-h/1215228294910_f.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3wMUqQdemxNvnrxz7__sJzMkpfS-NQYpzJ72bAlRJP5kBU0HClZbErRJmTbzAmsc4K9_MdyaAfbUEv2we30HgXjuG1mvapwQ2hNlkg5h4BW75jjxyNDUAGH_SdSqV-GVsogDO/s400/1215228294910_f.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5277877729122482194" /></a>ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-26712448898688564242008-09-19T07:41:00.005+00:002010-08-16T21:37:42.394+00:00TetasMe mataste, pero qué tetas.<br />Tenías, y supongo, seguirás teniendo.<br />Bien puestas, en tu pecho, en mi cabeza.<br />Nunca dejaron de estar, de hecho.<br />Me jodiste, pero qué tetas.<br />Pusiste sobre la mesa, entiendo.<br />Que no era la recompensa. No.<br />Pero el tiempo borra el resto.<br />Quedan tus tetas, hermosas,<br />ricas y excelsas, morenas,<br />traicioneras, deliciosas,<br />el vestido negro de seda,<br />qué cabrón, acariciándolas,<br />y el instante en esa cena<br />en que levantamos nuestras copas<br />y al fondo, siempre, tus tetas.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-63358290289640864972008-09-13T21:14:00.004+00:002010-02-09T16:09:48.177+00:00RabiaLlevo dentro la rabia.<br />Sácamela,<br />bésame los puños,<br />conviérteme en un ser humano.<br />A mí también me gusta pasear<br />y llorar en algunos cines.<br />Muérdeme el coraje,<br />y arráncamelo<br />con tu boca inmensa.<br />Y deja en su lugar<br />algo que tenga tu forma.<br />Para recordarte<br />cuando ya no vuelvas,<br />y seas tú el motivo<br />de la rabia.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-26337951.post-71480413623910128762008-09-11T12:25:00.021+00:002010-02-09T16:09:48.181+00:00Los amantes del NoviciadoOs escucho a través de la ventana del bajo donde habito, bajo. A oscuras. Que si esto, que si lo otro. Puta, puta, maricón, maricón. Un ratito callados. Y entonces me da por pensar en que quizá no seáis conscientes de que vuestra historia no se muere en un metro a la redonda, vosotros, que os creéis tan pequeños, o quizá, a ratos, tan grandes. Que a veces hay alguien que recoge y procesa los residuos de vuestra lucha. Me imagino a mí mismo en aquella desquiciada carrera por el centro de Barcelona, gritando su nombre, y ahora veo a una chica joven asomada en un balcón -nunca antes había estado ahí- codificando la información mal expresada, torpemente, por el alcohol, y sacando conclusiones, erróneas, que a su vez ha ido propagando con la creencia firme de que ésta era la verdad, tan gritada, como una sentencia, un vih vehiculado en la irrefutable realidad del instinto, del coito, de los besos que se dan por miedo, de las palabras aprendidas en otras dimensiones y que siempre acaban por salir, de las camas, al fin y al cabo, todas tan parecidas. "Te quiero, por dios, no te vayas, siempre se puede empezar de nuevo". Y era mentira.<br /><br />Parece que os gusta. Sí, ya sé que el bajonazo tiene que ser como mil infiernos ardiendo dentro del estómago, pero luego os besáis las lágrimas, y os largáis con el pecho a punto de explotar, de pie y casi sin tocar la tierra, a otro rincón detrás de un coche en el que os volvéis a hacer el amor con las puntas afiladas y la certeza de que todo, incluso la plenitud, tiene fecha de caducidad. La vuestra es más inminente, pero estáis preparados. Y volvéis a ejecutar el ritual, tan entrenado, de llenaros el cuerpo de caricias y promesas, que se agotan, sí, pero quién puede decir que no, quién está a salvo, quién me puede prometer, ahora mismo, que no se sentó nunca en un escalón, al abrigo de las efímeras estupideces, y no cerró los ojos. Vosotros los lleváis siempre cerrados, y así os resulta más fácil, aunque habrá momentos, no lo dudo, en los que ese silencio os coma las entrañas. Pero son formas de hacer las cosas, y quién puede juzgar, quién puede decir que lo ha hecho mejor. Yo me miro a mí mismo, mientras os entiendo desde detrás de mi ventana, y me gustaría salir un rato a charlar con vosotros para contaros que, de un modo u otro, seguiré propagando vuestro virus aunque no lo quiera, porque ya lo llevo dentro y me ha empezado a consumir. Yonkies de Madrid. Siempre peleando por un pico, siempre peleando por un beso.ernestohttp://www.blogger.com/profile/01569662274664573399noreply@blogger.com2