martes, 27 de enero de 2009

Meter la pata

Ya me parece haberte visto alejándote calle arriba, y te he maldecido. A estas alturas, te has ido ya mil veces, y creo que no puedo soportarlo. No te conozco, y aún así miras tan de perfil que te la vistes a ella por momentos, con una precisión tal que me haces dudar sobre quién llegó primero, sobre quién se fue después. Te adoro, porque la anhelo a ella, porque la quise tantas veces que ahora no tengo dónde colocar el eco de todo lo que le dije, quizá pensando en ti, que aún no habías llegado, quizá pensando en ella, la de antes de ella, la que también una vez fuiste tú.

Sabes, empiezan a cansarme las manías que volcarás en mí, pero lo compenso con los abrazos que ya me has dado, aunque no me hayas dado nada, ni siquiera un motivo para recordarlo. Quiero que sepas que eso que aún no te he dicho lo dije sin querer, ya sabes cómo son estas cosas. Y quiero también que tengas muy presente que jamás te perdonaré todo eso que aún no me has hecho, y por ello dejo constancia escrita. A pesar de todo, te mando un beso que probablemente no te llegue nunca porque lo hice antes de que llegaras.

Lo sabes bien: te quería tanto que no puedo dejar de mirar los mensajes que aún no me has enviado, ahora que todavía no has pegado en la puerta y me has dejado tan solo, mirando mi propia sombra, la que mañana temprano proyectará el sol contra la acera que una vez tú y yo pisamos como si no existiera nada bajo nuestros pies. Te quiero, pero una vez más fuiste demasiado puntual, y en tu ausencia de retraso no he tenido tiempo para pensar en cómo explicarte que ya no puedo quererte porque es imposible, y con esta forma de anticiparme he vuelto a meter la pata que meteré dentro de algún tiempo.

6 comentarios:

Roberto Hasting dijo...

Muy triste, Ernesto.
A mi por ejemplo no me gustan los sesos. No por el sabor, sino por la textura, que es como de sapos.
Un abrazo y suerte en los campeonatos regionales.

Carlos dijo...

¡Quién sabe cómo es esto del tiempo en los quereres!: elíptico, sinusoidal, circular, suspendido… muy raramente lineal. Todas las meteduras de pata preexistían, sin duda, en ese limbo de lo que hemos decidido que está por llegar.

Anónimo dijo...

EN LA VIDA HAY QUE ESPERAR, BUSCAR Y SORPRENDERSE, NO ADELANTARSE A LO QUE PUEDA O NO SUCEDER, ESO ES VIVIR, ANIMATE A HACERLO

Anónimo dijo...

Anónimo, esperar es demasiado aburrido. Yo, por ejemplo, ODIO ESPERAR. Precisamente eso he pensado hace nada y justo leo este comentario. Ay, mare.

Nene dijo...

Anticiparse es la mejor manera de no desangrarse cuando uno se la pega.

Es, este texto tuyo, simplemente precioso.

Margarita Garcia Alonso dijo...

que hermoso