miércoles, 30 de septiembre de 2009

No estaba muerto

Vuelvo. Así, como encabalgado, descabalgado, mediocaído del corcel y recogiendo florecitas a galope. Estoy volviendo. Devolviendo. Estoy pasando el eco sobre el eco, así, reseteando la hora del té, del techo de menos, del sin techo, del subsuelo, del te hamo, del perro poco ladrador y que ya tampoco muerde. Bien mirado, todo son ventanas. Por las que mirar, por las que asomarse y asolarse, y desolarse, si me apuras o depuras, a la sombra de los flashes, a la luz de la lejía, a la puerta de la clase. Estoy sonando de nuevo. No me pican las narices. Lo juro. No me azotan los vapores, ni siquiera. No me mima mi mamá, y tal vez por eso. Y por lo pronto, ya voy tarde, como a mí me gusta. Me regusta, que diría. Hoy es hace dos años. Una puta menos en Canarias, una excusa menos en las palmas. El insomnio va sobre el pienso entre las manos chiflando como un cabrero. Y cada vez quedan menos cabras para tanto perro, para tanto estiércol. Abierta la manada, paso como el vendedor de Espasa que se dejó el almuerzo en lo alto del peñón de cal. Todo son parabienes de la máxima autoridad dibujados en el aire con el cayado. Con y sin participio. Con y sin discurso estéril, sin silencio, sin prudencia. Con y sin plaza, sin emplazamiento, sin sitio, sin trinchera. Con y sin cantos, sin sirenas, sin cantar de gesta. Como la real cañada del concejo de la mesta, del reguero de la mesa, del pan, de la duquesa. Estoy enfilando con el filo puntiagudo de mi polla calabresa la capital de las enciclopedias.

7 comentarios:

Violeta dijo...

Este post tiene un capote que me torea.

Violeta dijo...

Estoy bebiendo absenta verde.

Vuelve, amigo oveja reina. Yo te encarrilaré.

Violeta dijo...

Contagio.

Anónimo dijo...

Poeta.

dani dijo...

estaba de parranda.

ei, si me permites, un link: limpieza por ultrasonidos

Anónimo dijo...

Son tus ojos los que miro, pero son marrones.Te llamo, pero no es tu nombre el que digo.Tus manos acarician mi cuerpo, se deslizan por mis pechos duros como una roca y bajan por mis caderas hasta parar entre mis piernas, pero tus manos son las mias.El aire huele a ti, pero aguanto la respiración porque no soporto tu olor a indiferencia.
Estamos tan cerca que casi nos podemos tocar, pero me quedan años para llegar a tu lado.
No, no estoy loca, quizás el que esté loco seas tú, nadie ha podido demostrar todavía quienes son los locos y quienes los cuerdos asi que no seré yo quien lo decida ésta vez...me va a costar tanto olvidarme de ti, que creo que ya ni te recuerdo.

Veror dijo...

Venga ya, vuelve. Hasta lo he escrito...