El esquiador, si es dadaísta, abrazará con vehemencia un patrón de conducta basado en la negación. El esquiador, por ser dadaísta, asumirá de forma inequívoca todo aquéllo que no es y que no será, y todo aquéllo que no ha dicho y nunca dirá. El esquiador vivirá un negativo de su propia vida y sentirá stress cuando, de vuelta del crucero que nunca tomaría, encendiendo un puro a pesar de no haber fumado jamás, cae en la cuenta de que no ha puesto alpiste en la jaula del canario que nunca tuvo. Para un esquiador de confesión dadaísta, afirmar es claudicar, y pondrá todos los medios a su alcance para encauzar el orden natural del universo hacia el no, a pesar de lo que la razón sugiera o los indicios apunten.
Dialectõrum verbi gratia:
- ¿Desea usted una subida de sueldo?
- No, gracias.
- Quiere ser beneficiario de una felación gratuita no vinculante?
- Se lo agradezco, pero no.
- ¿Le retiro los utensilios de tortura para que pueda usted holgarse un tanto mientras procedemos a su ejecución?
- Más bien, no.
- ¿Asistió su persona a congresos de índole dadaísta en la década de los años treinta?
- Nonuncajamás.
sábado, 12 de abril de 2008
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3 comentarios:
Usted se quiere morir, ¿cierto?
Hombre...
¡Todo lo contrario! Este prohombre reivindica una vida digna de tal nombre, como persona de bien que es.
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